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LOS DESAFÍOS DEL JURISTA CONTEMPORÁNEO.

Actualizado: 15 jul

Son muchos y muy diversos los desafíos que el jurista contemporáneo enfrenta actualmente y, por lo mismo, pueden abordarse desde distintas perspectivas y con matices muy variados.

 

Previo a abocarme en ese cometido —ya de por sí complejo en un espacio breve como este— me parece obligado exponer, aunque sea de manera muy sucinta, qué es el Derecho y para qué sirve, pues se trata de dos cuestiones que igualmente pueden ser entendidas desde ángulos ciertamente disímiles. 

 

Derecho: el arte de lo justo

 

El Derecho es el arte de lo justo. Esto quiere decir que se estudia este nobilísimo arte para aprender la ciencia práctica de dar a cada quien lo suyo. Es común confundir el Derecho con las leyes, pero esto no es así, puesto que el Derecho abarca las leyes. Quién estudia Derecho no estudia leyes, ni tampoco se prepara únicamente para ser abogada o abogado.

 

Para acreditar lo anterior basta con preguntar a cualquier aspirante porqué ha decidido estudiar esta carrera, para advertir una serie de respuestas variopintas: “quiero ser notaria, juez, abogada, consultora en materia fiscal, legisladora…”.

 

De manera que quien estudia Derecho no se prepara exclusivamente para el ejercicio de la abogacía, sino para ser jurista, esto es, para dominar la técnica de lo justo y lo injusto, ya sea en el noble ejercicio de la abogacía o de cualquier profesión específica que elija dentro del amplio espectro de posibilidades prácticas que el Derecho proporciona.

 

El Derecho como artículo de primera necesidad para la sociedad

 

Dicho lo anterior, el Derecho es un artículo de primerísima necesidad para la sociedad, por la simple y sencilla razón de que la vida social demanda que las cosas, los bienes, los cargos y las cargas estén repartidas, de dónde deriva lo suyo de cada quién, que es lo mismo que lo justo —o lo que solemos llamar su derecho.

 

Si, por ejemplo, Fulano presta a Mengana $100 pesos, lo justo es que Mengana le devuelva esa cantidad. Dicho de otra manera, Fulano tiene el derecho a esos $100; o lo que es lo mismo, lo suyo, lo que le corresponde a Fulano, que no es otra cosa que los $100 que prestó.

 

Entendida la importante función que juega el jurista en la sociedad puede comprenderse que uno de los retos más importantes, si no es que el más importante en la formación jurídica, además de las obvias competencias técnicas, es doble. 

 

Conceptos imprescindibles: persona y bien común

 

Por una parte, profundizar en el conocimiento de dos conceptos que siempre e invariablemente van a tener una relación muy estrecha con cualquier decisión que se le presente en su vida profesional: la noción de persona y la de bien común. En su futuro profesional, lo quiera o no el jurista o la jurista, al tomar una decisión, es inevitable que, en la toma de esa decisión, comparezca una visión de la persona y una visión del bien común

 

De ahí que una labor indispensable para el estudiante de Derecho es reflexionar y profundizar sobre estos dos conceptos, porque mientras más profundice al respecto, más posibilidades va a tener para tomar decisiones acertadas en su vida profesional y personal. Y para esto no basta con estudiar las distintas materias relacionadas con la pericia técnica que requiere conocer y conocer bien el jurista, pues son esenciales, pero no suficientes.

 

Integridad personal: pilar del jurista con impacto social

 

Por otra parte, y sobre todo en estos tiempos que corren, en que el trascendente papel del jurista tiene un desprestigio notable, considero que a las escuelas y facultades de Derecho nos corresponde invitar a que cualquier aspirante a jurista asuma el reto de encarnar en su vida personal los valores deseables que la sociedad en su conjunto está llamada a perseguir. 

 

Hay pocas profesiones en las que la integridad de las personas tiene tanto impacto social como en la nuestra. Y es un desafío que, por supuesto, abarca toda nuestra vida. Va más allá de nuestra profesión. Es el desafío de la coherencia, de la consistencia, de la integridad personal.

 

Si nuestros futuros juristas son capaces de responder a este reto, serán capaces, al final, de responder a lo que la sociedad espera de ellos.

 

Datos del autor:

Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana


 
 
 

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© 2020, Fernando Batista.

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